En la selección de personal aaunque la evaluación de la
personalidad de los candidatos se ha convertido en una práctica habitual entre
numerosas empresas, pocas de ellas establecen una relación directa entre la
personalidad y el rendimiento laboral.
Al igual que la motivación,
la inteligencia o la experiencia, la personalidad es un indicador de éxito para
saber si el candidato es acorde al puesto vacante. Pero, ¿en qué medida influye
la personalidad en el rendimiento.
La personalidad no explica por sí misma
el rendimiento, "pero en ciertos rasgos específicos existe una
relación", explica Patrick Leguide (fundador de Central Test). La
personalidad "desempeña también un papel esencial en el rendimiento futuro".
En realidad, todos disponemos de rasgos de la personalidad, factores estables
que influyen en nuestro forma de percibir el mundo y de reaccionar en función
de los acontecimientos, "rasgos que explican por qué estamos más o menos
cómodos en ciertos contextos y, en consecuencia, rendimos mejor o peor",
comenta Patrick Leguide.
Desde este enfoque, también resulta
fundamental preguntarse qué tipo de rendimiento esperamos en términos de
resultados operativos, calidad del servicio o colaboración en equipo.
Meticulosidad y rendimiento
La teoría del Big Five, modelo de la
personalidad que ha sido objeto de un amplio consenso entre la comunidad
científica, ha facilitado el análisis de las relaciones existentes entre la
personalidad y el rendimiento laboral. Esta teoría identifica cinco rasgos
principales de la personalidad: la apertura, la conciencia (o meticulosidad),
la extraversión, la afabilidad y el nerviosismo (opuesto a la estabilidad
emocional).
"Los estudios de Barrick y Mount
en 1991 también pusieron en relieve de una forma general, independientemente
del puesto y el cargo, que la dimensión meticulosidad es la más relacionada con
el rendimiento", subraya el fundador de Central Test.
El
resto de rasos Big Five también son importantes
El resto de los rasgos de la
personalidad, tales como la estabilidad emocional, la extraversión o la
apertura, también pueden influir en el rendimiento profesional, "todo
depende entonces del cargo y el contexto". Así pues, la apertura muestra
la facilidad para formarse, lo que en ciertos cargos puede reflejar la garantía
de un rendimiento futuro. Del mismo modo, "la estabilidad emocional mejora
el rendimiento laboral en equipo y la extraversión, para ciertas facetas como
el poder de influencia, facilita le liderazgo" ejemplifica Patrick
Leguide*.
Afinar
el análisis de la personalidad y del cargo
Para definir las relaciones entre la
personalidad y el rendimiento, debe analizarse en detalle el perfil del cargo y
la personalidad. De este modo, actualmente se estudian con lupa ciertos rasgos
de la personalidad más específicos del contexto profesional en algunos test de
personalidad con el Perfil PRO-R o el CTPI elaborados por Central Test. Como
ejemplo, el rasgo "determinación / exigencia" (opuesto a
"afabilidad" en la teoría del Big Five) es un indicador clave a la
hora de evaluar las capacidades de negociación y dirección.
La
personalidad como indicador
"Si la personalidad es un
indicador del rendimiento, igualmente importante es tener en cuenta los
recursos y las estrategias de la persona", insiste el fundador de Central
Test. "Por ejemplo, una persona que no tiene facilidad para actuar frente
a situaciones de conflicto puede ser consciente de ello y buscar la forma de
superarlo para poder rendir mejor en el futuro".
El hecho de interesarse por la personalidad ayuda a detectar el potencial y el
rendimiento futuros. Se debe analizar la personalidad como complemento a otros
criterios, "es fundamental estudiar los elementos conjuntamente y analizar
paralelamente las motivaciones, los intereses y las experiencias profesionales
del candidato", recomienda finalmente Patrick Leguide.